10 de octubre de 2011

Antonio Pantión y sus obras alegres

Hoy vamos a tratar de conocer gran parte de la obra más desconocida del afamado compositor Antonio Pantión Pérez.

Nacido en Sevilla en el año de 1898, pasa a la historia como compositor con sus obras de corte más serio o fúnebre como son Jesús de las Penas, Santísimo Cristo de las Siete Palabras o Tus Dolores son mis Penas.

Fallece en Sevilla, en 1974, con una docena de marchas procesionales en su haber. Son los últimos años de su vida los más productivos musicalmente hablando, y también los más desconocidos (desde 1971 hasta 1973 compone cinco grandes marchas procesionales), curiosamente todas ellas de un corte mucho más alegre que las magníficas obras por las que se le conoce normalmente.

La excepción a esta producción de los últimos años de corte alegre es quizás la más conocidas de las marchas de corte alegre de este autor: Nuestra Señora de Guadalupe. Compuesta en 1968 y dedicada a la Dolorosa de la misma advocación de la sevillana Hermandad de Las Aguas, son muchas las formaciones que hoy día la mantienen en sus repertorios y la interpretan con bastante asiduidad. Como prácticamente todas las marchas alegres de Antonio Pantión, posee una estructura A-B-A (para entendernos: un tema principal (A) con cornetas, a mediados de la marcha cambia a lo que se denomina el trio (B) para acabar reinterpretando el tema principal (A) con cornetas).

La segunda de estas marchas la compone en el año 1971, Esperanza Trinitaria. Dedicada a la Esperanza de la Trinidad, de la Hermandad del mismo nombre, me resulta incomprensible que en un repertorio tan alegre como el que se le interpreta cada Sábado Santo esta marcha quede postergada al más injusto de los olvidos. De la misma estructura A-B-A y con cornetas, el trío de flauta resulta dulcísimo y con una gracia que casi 30 años después sería santo y seña del compositor Manuel Marvizón en sus obras. Personalmente, me evoca al trío de El Corpus [Corpus Christi] de Braulio Uralde. Esperemos que la Hermandad de la Trinidad rectifique su posición y podamos escuchar esta bellísima obra tras su preciosa Dolorosa en años venideros.

Trono de la Virgen de las Penas (Málaga)
Del año 1973 es la marcha María Santísima de las Penas, la única de Pantión dedicada a una Dolorosa malagueña. También con cornetas y con la estructura A-B-A anteriormente mencionada, el ligero estilo marcial de algunas de sus obras queda en esta más patente que nunca en mi opinión. Hasta donde se, no está olvidada en Málaga, y se interpreta con cierta frecuencia. Quizás el hecho de que no esté dedicada a una imagen sevillana le quite parte de su fama, porque es una marcha tan sencilla como bella.

Y ya terminando con este resumen de las obras más alegres de Antonio Pantión, me quedo con Rosario de la aurora, compuesta en el mismo año 1973, y dedicada a la Virgen del Rosario gloriosa de la Hermandad de Los Humeros, en Sevilla. Sin cornetas, es quizás la más peculiar, por la dedicatoria (a una Virgen Gloriosa) y por la originalidad de sus pasajes. Resulta casi imposible escucharla en Sevilla, pese a atesorar calidad de sobra para ser interpretada.

Se que me dejo otras obras de Antonio Pantión en el tintero, pero creo que con esto queda patente que Antonio Pantión Pérez fue algo más que un compositor de marchas fúnebres, sino que también compuso magníficas obras alegres, un poco olvidadas, de las cuales se le reconoce poco a este gran organista y compositor.

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